Ingenio La Cabaña empezó como una pequeña molienda en los años 20, muy pequeña y artesanal. En aquella época, había muchas pequeñas moliendas por todo el país que procesaban solamente caña de los alrededores, ya que el transporte de caña de azúcar era muy complicado.
La Cabaña fue nacionalizada y desde 1980 hasta 1996 estuvo en manos del gobierno, administrado por el ahora extinto INAZUCAR. Fue en esta época en la que montaron la destilería con la idea de producir etanol para tener una fuente alternativa de combustible. Sin embargo, la destilería de La Cabaña solo funcionó durante un tiempo y luego fue abandonada.
El gobierno de El Salvador tuvo la idea de privatizar los ingenios que se habían nacionalizado. La forma de hacerlo fue una subasta en la que podían comprar acciones diferentes personas. Así fue como se unió una familia, con trabajadores y otros accionistas para conformar una la Sociedad Anónima “Ingenio La Cabaña”.
Elevamos el nivel de eficiencia y productividad, plantando nuevas semillas en forma de valores, que empezaron a crecer en el corazón de nuestros colaboradores. La industria pasó de ser regida por los volúmenes a ser medida por su calidad y el nivel de exigencia de los mercados internacionales impulsó al ingenio a especializarse y a buscar diversificarse.
Estamos en constante crecimiento y aprendizaje, listos para afrontar los cambios del futuro y conscientes del compromiso que tenemos con la comunidad.